De forma general, la dinámica de consolidación del
sistema universitario acusa en este proceso una inquietud por mejorar su
credibilidad en lo que respecta a su oferta educativa que en las últimas dos
décadas ha buscado formas más eficaces para mejorar el sistema en general. No
obstante este esfuerzo, la Universidad Dominicana no ha llegado aún a
garantizar un encuentro entre excelencia educativa. Como tal, la Universidad
Dominicana no ha podido pasar en todo este tiempo de modelos profesionalizantes
de formación ni se ha podido hablar de currículos que atiendan las necesidades
más próximas de la población dominicana desde una visión científica. Esta
constatación pone en evidencia la falta de un acuerdo nacional que contribuya,
desde la universidad, a superar los desniveles sociales, económicos y
culturales más endémicos de la nación. Este es uno de los retos para un próximo
futuro.
La oferta académica de la Universidad Dominicana se ha orientado, y lo
sigue haciendo, a atender la movilidad social a través de la educación, bajo un
estilo profesionalizante. Este hecho queda marcado por la
preferencia por las carreras reconocidas como tradicionales, ya que apenas se
han creado carreras en función de las nuevas condiciones y oportunidades enque
se mueven los entornos nacionales e internacionales.
Por ejemplo, si se comparan las carreras que ofertaba la
universidad dominicana en 1937, la UASD, en la mayor parte de los casos
coinciden con las carreras más solicitadas por el estudiantado dominicano en la
actualidad. Esto es, la relación de oferta y demanda educativa ha variado muy
poco. A pesar de que la universidad dominicana en este momento está cambiando y
ampliando su oferta de carreras, las disciplinas ligadas a las ciencias básicas
–exactas y naturales- y a las ciencias sociales están ausentes entre las más ofertadas
y las más solicitadas por los estudiantes.
Pese a lo anterior, se debe destacar que tanto el proceso
de ampliación del alumnado como la extensión de estudios de la universidad más
allá de Santo Domingo sólo fue posible gracias a las nuevas condiciones
sociopolíticas y económicas post trujillistas que, movilizados por la
liberalización progresiva del país, el rápido crecimiento urbano, la
democratización, la diversificación de la economía y el incremento de la
demanda educativa, posibilitó que la universidad dominicana atendiera las
necesidades educativas de la nación.
La constante detectada es que se puede estudiar un post
grado en la Universidad Dominicana, más no investigar. Los datos no ayudan aún
a desmentir esto, ya que en los últimos cincuenta años, los post grados
dominicanos no han podido dar el saltocualitativo pues abundan egresados y no
investigaciones. A esta falta de investigación, el mayor estigma a nivel de
postgrado, se asuman también otros retos, como la ampliación de una plana docente
cualificada, la creación de una infraestructura para el desarrollo de
institutos de ciencia y tecnología, la potenciación de formación virtual para
extender la oferta educativa y encarar el reto de la descentralización de estos
estudios –el 77, 3% de programas de post grado están ubicados en las ciudades
de Santo Domingo y Santiago de los Caballeros conjuntamente-, la
internacionalización de la oferta educativa, la evaluación de la oferta de
programas educativos extranjeros, entre otras. Por tanto, no se puede hablar
aún de un auténtico impacto de los estudios de post grado de la Universidad
Dominicana en los niveles social, cultural y económico.
Por: Lily Rodríguez
Fuente: La Información Digital
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