sábado, 19 de mayo de 2012

Renovación Docente Parte II




“La competencia pedagógica del docente universitario”

Si partimos de la concepción de competencias pedagógicas asignadas como propias al quehacer del docente universitario, entre ellas se pueden destacar diez, según señala Miguel Zabalza, que tienen relación con las siguientes actividades: planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje, seleccionar y preparar los contenidos disciplinares, ofrecer información y explicaciones comprensibles y bien organizadas, manejo de las nuevas tecnologías, diseñar la metodología y organizar las actividades de aprendizaje, comunicarse-relacionarse con los alumnos, tutorizar, evaluar, reflexionar e investigar sobre la enseñanza y, finalmente, identificarse con la institución y trabajar en equipo;todo forma parte de una visión y actividad de la enseñanza en el ámbito universitario.
Como tal, estas competencias docentes son fruto de una concepción pedagógica que las sustenta y que el docente las asume y ejecuta en su actividad diaria, por tanto, indagar el estado en que se encuentra la formación pedagógica del docente universitario dominicano se manifiesta como un camino inexcusable para comprender el estado en torno a esta dimensión de su actividad.
Además de la necesidad de actualización académica, el dominio de los contenidos propios de una asignatura, el dominio científico, lo relacionado con los procesos de investigación científica, el planeamiento y el manejo de los componentes personales y no personales del proceso enseñanza-aprendizaje, esto es, el saber pedagógico como competencia básica para la acción docente, se manifiestan como un punto de inflexión dada su carencia en la formación del docente en República Dominicana. Existe, pues, un ángulo de atención pedagógica en la capacitación y actualización del docente universitario dominicano en la actualidad.

Visto así, este tema es crucial no sólo porque sea una dimensión ineludible para quien desarrolla actividades de enseñanza, sino porque su carencia compromete los estándaresde calidad del sistema universitario en su totalidad. Por tanto, frente a esta situación se abre una serie de interrogantes que el sistema en general y el propio docente en particular debe atender con la finalidad de superar este estado.
Obligados por este panorama se debe asumir que junto a la pérdida de prestigio de la condición de profesor universitario, las condiciones salariales, las carencias en términos de aulas, equipos, materiales, etcétera en que desarrolla su labor el docente universitario, las deficiencias de los propios centros de educación superior que frente a la demanda improvisan a los docentes, muchas veces contratando a sus propios egresados recién graduados, las deficiencias del currículo de muchas de las carreras universitarias hay que sumar la carencia, casi generalizada, de una formación teórico-pedagógica sólida en el docente de la Educación Superior Dominicana en la actualidad. Este nuevo factor, así como los anteriores, condicionan la baja formación profesional del egresado universitario.
Por tanto, la carencia pedagógica del docente universitario, lejos de solaparla tomándola como insignificante, tiene que ser encarada de manera decisiva en su formación, especialmente a nivel de postgrado, por el propio sistema en general, mejorando los programas de ayudas para su perfeccionamiento, de mano de la universidad, evaluando aquella competencia como requisito de contrato; pero, sobre todo, debe formar parte de la renovada visión de actividad docente universitaria que el profesor dominicano está en condiciones –y en el deber- de asumir como parte de su identidad y así superar el estigma presente, que arrastra desde hace tiempo, sobre esta dimensión de su propia actividad profesional.
Por: Dra. Lily Rodríguez

Fuente: La Información Digital

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