Nuestra sociedad ha
experimentado cambios profundos en términos positivos y negativos. Por ejemplo
hemos avanzado en cuanto a la adquisición y uso de recursos tecnológicos,
sobre todo en el ámbito de la comunicación, pero, lamentablemente, en un amplio
sector de la sociedad se está experimentando un deterioro en el manejo de la
comunicación efectiva y respetuosa. También nos arropa el irrespeto a las
normas y leyes que garantizan la convivencia e, inclusive, el sentido de
seguridad y bienestar.
Preocupada por esas
realidades, y a propósito del Día del Maestro, considero oportuno
compartir algunas de mis ideas sobre las relaciones
humanas, la vida y la naturaleza; así como proponer actividades que creo hacen
más efectiva y placentera la convivencia humana. Anhelo que su contenido sea
analizado tomando en cuenta cada pensamiento en particular.
·
Agradece a Dios la oportunidad de vivir y
compartir con los demás.
·
Ámate, para que puedas amar auténticamente a
los demás.
·
Conócete y descubre todas tus virtudes y las
potencialidades que posees.
·
Analiza tus defectos. El reto debe ser
superarlos.
·
Sé tú mismo; no te vivas comparando con los
otros, y nunca envidies sus cualidades o atributos.
·
Cuida tu salud física y mental.
·
Manifiesta tu afectividad con pequeños
detalles.
·
Elabora tu plan de superación personal.
·
Disfruta sanamente de todo lo que la vida te
ofrece y comparte sin egoísmos.
·
¡Quieres algo más hermoso que la belleza
natural! Ámala y presérvala.
·
Cultiva una flor y aspira las esencias de la
divinidad.
·
Actúa tomando en cuenta las normas de
cortesía. Su cumplimiento debe fluir en tu diario vivir.
·
No se necesita ser un genio para entender el
valor de ganar el respeto y el aprecio de los demás. Para lograrlo, debes ser
perseverante y coherente en la expresión de tus ideas y actuaciones.
·
Las titulaciones no son las que garantizan tu
efectividad en las relaciones humanas, sino el uso de la inteligencia en el
proceder; en el uso de la palabra; el manejo del auto control y el respeto a tu
dignidad y a la dignidad de los demás.
·
Comparte de manera positiva con tu familia,
amigos y compañeros de trabajo.
·
Alégrate por el bienestar tuyo y de los demás.
·
Aporta ideas, entusiasmo y actitudes
positivas. Sólo así se alcanza el verdadero liderazgo y sobre todo la satisfacción
de sentirse útil.
·
Evita que la gente te perciba como alguien
que vive quejándose de todo. ¡Ten cuidado, que te pueden salir huyendo!
·
Entrénate en el arte de ser un buen
interlocutor. Para lograrlo, debes aprender a escuchar, pensar, y luego hablar.
·
Elimina de tu vocabulario las palabras
hirientes que dejan huellas permanentes en los recuerdos ajenos. Recuerda que
es imposible recuperar las palabras emitidas.
·
Analiza lo que vas a decir. Muchas veces es
preferible callar y no hablar para destruir prestigios y relaciones.
·
Evita la murmuración destructora, porque
contamina la mente y la sociedad en general.
·
No hables de aquello de lo que no estás
seguro.
·
Cambia el programa o el canal cuando lo que
se dice es destructivo y sin fundamento.
·
No te dejes manipular por los agresivos que
quieren llevarte al camino de la violencia.
·
Ama el trabajo, porque es fuente
de sustento, realización profesional y desarrollo social.
·
Introduce innovaciones en el trabajo, y éste
se convertirá en agua fresca del manantial de las ideas.
·
Imprímele a tu accionar profesional
mucho entusiasmo, alegría y novedad.
·
Te conviertes en un profesional exitoso
cuando tus acciones son el resultado de una planificación efectiva.
·
MAESTROS.
·
El verdadero maestro es aquel que al
transcurrir del tiempo es admirado y recordado por los valores fundamentales
que inculcó en sus alumnos, por el respeto evidenciado en su manejo dentro del
proceso educativo; por haber contribuido a la formación de ciudadanos
responsables, solidarios, amantes del saber, creativos y con elevado
sentido de gratitud hacia la vida y la sociedad.
·
Jamás se logrará ser un verdadero maestro si
se desconoce, o no se aplican los principios fundamentales de las relaciones
humanas.
·
Educar es un privilegio y una brillante
oportunidad de servir y conquistar.
·
La educación debe ser el fundamento del
desarrollo de la sociedad; por consiguiente, una de sus funciones
debe ser inducir a la integración de la sociedad y a la creación de
estructuras que contribuyan a la superación de las limitaciones.
·
El rol de docente no es adecuado para los
seres egoístas, dominantes, agresivos y carentes de amor a sí mismos y a los
demás.
·
Dentro de las funciones fundamentales del
docente se encuentran inculcar el amor al conocimiento, al desarrollo de la
convivencia armónica y a la búsqueda de la autenticidad.
·
El conocimiento debe compartirse con amor,
entrega y disciplina.
·
La altanería o desprecio, practicados
por los que se creen más sabios que todo el mundo, son indicadores de
planteamientos incorrectos sobre el saber.
·
La ignorancia no se esconde, se supera.
Descubre junto a tus alumnos nuevas áreas del conocimiento.
·
Tus alumnos son personas con sus propias
características y preferencias. Por consiguiente, debes respetar su
individualidad.
·
Los alumnos jamás deben ser utilizados para
descargar rabias, frustraciones y violencia.
·
La planificación efectiva es fundamental para
el éxito.
·
Te quejas porque no recibes la remuneración
económica adecuada. Tienes algunas alternativas: dejas el trabajo, cambias de
trabajo, obtienes nuevas titulaciones para obtener puestos más calificados;
pero nunca jamás descargues tu inconformidad con los alumnos.
·
El aula no debe convertirse en un escenario
de batallas y odios, sino en un espacio de crecimiento; generación de nuevos
conocimientos, análisis, respeto, creación de nuevas alternativas y enfoques
sobre la vida.
·
Motiva tus alumnos para que se conviertan en
tus mejores aliados en los procesos innovadores y de sustitución de
conocimientos ya superados.
·
La función del docente es inculcar el amor al
conocimiento; al desarrollo de la convivencia armónica y a la búsqueda de la
autenticidad.
·
El docente debe ser capaz de aceptar la
crítica equilibrada e introducir en su gestión los cambios necesarios.
·
Si no eres capaz de superar las
frustraciones; respetar a los estudiantes; abordar la función docente con
entusiasmo y espíritu innovador, es preferible que abandones la docencia para
no frustrar al alumnado.
·
Jamás involucres a tus alumnos en tus
problemas personales. Guárdalos en la casa.
·
No pierdas la visión de conjunto y la
capacidad de análisis de la realidad en la que te desenvuelves, para que puedas
comprender e interactuar de manera efectiva con tus compañeros y alumnos
·
¡Cuidado! ahí viene la competencia. El exceso
de seguridad sobre la permanencia en el puesto, puede llevarte al descuido y la
rutina.
·
El uso de la tecnología puede convertirse en
un excelente aliado para tu superación y la dinamización del proceso enseñanza
aprendizaje y el establecimiento de relaciones efectivas.
·
Mente abierta es la consigna. Cada día,
aprende algo nuevo y elimina del baúl de los recuerdos lo obsoleto e
innecesario.
Por: Minerva
Calderón López, M.A.
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